Las Andanzas del Andaluz Fabulador

Capitulo I : León
Mi nombre, como también mi destino, fue un obsequio del mismísimo Abderramán II,  Comendador de los Creyentes del antiguo reino de Al – Andalus…
Siendo el año 711 el General Tarq, junto a su ejercito de 20.000 hombres, luego de 9 años de lucha logra conquistar la Península Ibérica, nuestra conquista no tenía fines tiránicos como muchos afirman, nuestra misión era divina, llevamos los conocimientos de grandes culturas entre nuestra gente y buscamos engrandecer las tierras donde nuestros hijos crecen.
Fue así que regamos estás tierras con agua y fundamos la primera universidad de Europa, quizás lo que mas prevalece siglos después de aquella época, fue la cruza de razas, esas bellas mujeres cuya fina y delicada piel color canela hoy caminan por las estrechas calles del reino.
Fue finalizando el año 913 que me fue encargado mi destino en el nuevo mundo, habrás notado amigo lector, mi trascendencia en el tiempo, pues te digo que no deliro y con paciencia verás como pasan los tiempos ante mi y yo sigo vigente, esto es parte del destino con el cual fui premiado, esto me fue dado por el Amor que supo guardar mi noble corazón, pues es momento que os confiese que cuando joven enamore a una mujer comprometida con el gran Visir Abu – Ali Hishan (traidor y enemigo secreto del gran comendador) y ella correspondió mi Amor, y por ello quedamos enlazados en el tiempo y el espacio, bendecidos por genios de los elementos, serán ustedes quienes al finalizar mi historia podrán decidir si soy digno de tal Amor.
Antes de partir, mi gran señor Abderramán II me bendijo diciendo lo siguiente:
Observa está copa y veras tu destino, los peligros que acechan y los caminos a seguir, observa con sabiduría el ritmo de los astros y aprende a escuchar el canto de los números. Fuiste camello mucho tiempo y hoy serás León, ve busca al dragón que habrás de derrotar para alcanzar la inocencia del niño que habita en tu corazón, y será en ese momento que volverás a la fuente, donde tu amada te estará esperando, tan sonriente que será como un Sol.
Fue así que subí al barco del Almirante Piris Reis y llegue a estas tierras, las que bautice como León y sus alrededores Peñitas y Poneloya. Se Eligio este punto de partida, sobre la línea del Ecuador y bajo la constelación de Orión, desde aquí os relataré mi historia…

Capitulo II : Piris Reis El Pirata
Fueron meses a la mar los que siguieron a mi partida del reino de Al – Andalus y la sal del aire comenzaba a cristalizarse en mi, donde el recuerdo de aquella sonrisa y la paz de su voz giran en anhelo constante, quizás esto fue lo que motivo al Capitán del barco a decirme estás palabras, momentos antes de mi desembarco:
– Al salir a la selva te pierdes en las opciones, ahí sigue las casualidades, en refugio de un color… atenti a las señales, observando. Que el caos es la oportunidad para los desvelados que murmuran solos.
– Muestra poco y lo necesario de ti… calla, calla y calla que la melancolía y castidad son necesarias para encontrar las señales correctas, luego estarás listo para unirte a tu compañera.
– Las causas y revoluciones son muchas y los frentes de batalla amplios, si dispones de las armas necesarias podrás combatir.
– La primera batalla es personal y el ejército son siete. Para darte una idea visual de lo que cuento; te diría que somos siete conviviendo en una pequeña balsa y de nuestra unión saldrá la llave que abra las puertas del laberinto.
– Tengo en las entrañas del Volcán Momotombo mi Aleph, es una ventana circular similar a un caleidoscopio, en ella pude observar un barco pirata tripulado por gnomos, hadas, faunos y salamandras… hay sirenas que rompen las olas y un Egregor  sopla la vela. El timón en manos de un gigante ciego, sordo y mudo de nacimiento.
– Cada giro del navegante es un cambio de ciclo en tu mundo, vi replicas similares al timón del barco en libros antiguos de profetas visionarios…
– Era como si todo es uno y uno es miles y miles de millones a la vez como pequeñas gotas sobre una alfombra de agua que se pierde ante mi vista…
– Cada gota una posibilidad diferente, un nuevo acto, un nuevo escenario, regido por todos sus personajes, el bien el mal, el que más tiene, el que solo camina dormido…


Capitulo III : Cumbre Americana en León
La llegada de Napoleón a España,  fue la mecha que alentó el fuego en cada corazón, el pueblo del nuevo mundo sentía que la oportunidad, el grito de libertad e igualdad golpeaba sus puertas. America del Sur y el Caribe se ponía de pie.
Las mujeres, alentaban a la lucha, con gran esmero fabricaban las ropas para la gesta, disponían de todos los bienes del hogar para la causa y ocultando el dolor que significaba, enviar a sus esposos e hijos a una muerte segura, mostraban su orgullo de raza nativa que salía a recuperar, lo que es suyo por naturaleza divina.
Fueron trescientos años de saqueos los que finalizaban, trescientos años de torturas y divisiones que bañaron de sangre nuestra tierra, a lo que se ponía fin, de Norte a Sur las razas se unían para defender sus derechos: negros, indios, blancos, mestizos, antigodos orgullosos de su sangre.
Los imperios invasores no van a dejar que la paz durará mucho tiempo y si nuestros libertarios querían hacer prevalecer la idea del imperio regido por amerindios, donde la explotación de nuestros recursos sea de modo sustentable  y realizado por las comunidades autóctonas, un imperio donde se borren las fronteras impuestas por fuerzas invasoras, había que actuar rápido. Debían llevar a cabo tareas dentro del imperio, organizando al nativo y fuera del mismo, conviniendo alianzas donde se respete nuestra soberanía con los principados del extranjero.
Esto fue lo que motivo a los grandes generales del 1800 realizar una cumbre secreta en la ciudad de León, cuna de la historia Americana moderna, se hablo de tácticas de guerra, política y religión. Yo Pedro Bohorquez fui testigo de dichas charlas, no buscaron mi opinión mucho menos mi sabiduría, pues era yo mozo de La Posada del Doctor, dentro del Parque San Juan, allí es donde se reunieron, y yo un invisible e insignificante entre los grandes, les transcribo lo que escuche…
CONTINUARÁ…
Relato: Luciano Erazú
Ilustraciones: Ivan Piqué